martes, 5 de octubre de 2010

El Acero Club de Olabeaga



Hubo un tiempo en el que jugar al fútbol era solo un placer. Una cuestión de gusto muy alejada del negocio y de las multitudes apasionadas. Fue una época en la que no todo lo ocupaban los colores rojiblancos por mucho que para la mayoría que se desbravaba dándole patadas a un balón su mayor ilusión fuera jugar con los 'leones'. Uno de aquellos clubes de fútbol entregados a la dura tarea de practicar el deporte rey porque sí, fue el Acero Club de Olabeaga. La mayor parte de los jugadores que pasaron por sus filas no lograron ni hacerse ricos ni convertirse en estrellas, aunque sí consiguieron escribir una de las páginas más curiosas y brillantes de todas las que se han escrito del fútbol vizcaíno. El 4 de octubre de 1930, El Noticiero Bilbaíno, en su sección de 'Sports', dedicó un amplio reportaje a la desaparición del Acero Club. 'Su brillante historia desde la fundación al ocaso. Diez años consecutivos de éxitos', se subtituló en el encabezamiento de la noticia. Tal y como se señaló, «el Acero de Olabeaga, el entusiasta y prestigioso Club tantas veces campeón de Vizcaya en las pequeñas categorías; campeón de España, una vez en la serie B y adversario peligrosísimo de los equipos 'ases' vizcaínos de la superior categoría, se ha retirado de la vida activa del fútbol regional». Efectivamente, los rumores eran ciertos. La noticia la había comunicado el entonces presidente de la Federación Vizcaína de Fútbol, Fernando Gutiérrez Alzaga.
Serie B
El Acero Club de Olabeaga se fundó, cuentan las crónicas que gracias al empuje de un grupo de obreros de los astilleros de Euskalduna, en 1920. Ese mismo año se federó en la serie C y participó por vez primera en el Campeonato de Bizkaia. Su estreno fue un desastre. En muchos de los partidos de aquella su primera temporada alineó a jugadores descalificados o no inscritos en la Federación con lo que se vio imposibilitado de aspirar al título. Todo cambió la temporada siguiente. En 1921-1922, logró su primer título al hacerse con el campeonato regional de la serie C, lo que al mismo tiempo le permitió el ascenso a la serie B. Durante la temporada 1922-1923, y de una manera impresionante, consiguió el título de campeón en la nueva categoría después de ganar todos los partidos excepto uno. La progresión del equipo fue increíble y parecía no tener límites ya que la temporada siguiente, 1923-1924, volvió a ganar todos los partidos excepto uno que empató.
En 1924, y como consecuencia de haber ganado el título provincial, el Acero Club tomó parte en el Campeonato estatal en representación de la Federación Vizcaína. En las eliminatorias se deshizo del Alfonso XIII de Pontevedra y del Unión Ferroviaria de Madrid. La final se jugó en Sevilla el 4 de mayo de 1924 contra el club Osasuna de Pamplona. Sin embargo, antes de aquel decisivo 'match', el equipo de Olabeaga tuvo que hacer frente a varios contratiempos que nada tuvieron que ver con lo deportivo y sí con las malas artes de quienes no querían que un club humilde alcanzara, ni por lo más remoto, un título de categoría estatal. Todo empezó con la inesperada petición del club navarro para que la final se disputase en Sevilla, cuando lo normal hubiera sido jugarla en Santander o Guipúzcoa para aminorar gastos. Ante aquella incomprensible petición, el Acero tuvo que salir precipitadamente hacia la capital hispalense con el tiempo justo para llegar el mismo día del partido. Además tuvo que echar mano de la generosidad de Luis Errasti, presidente de la Federación Vizcaína, que le anticipó a la expedición de los 'camisas metalúrgicas' cinco mil pesetas para los gastos de desplazamiento. Pese a todo, el Acero venció a Osasuna por 2 goles a 1. ¡Campeones! Ni siquiera la victoria fue suficiente para que se ganaran el respeto de las autoridades porque, incomprensiblemente, no le hicieron entrega del trofeo. Además, se vieron en la tesitura de tener que pedir dinero para regresar a Bilbao. Esto último se arregló gracias a Caicedo, jugador bilbaíno encuadrado en la filas del Espanyol que les adelantó seiscientas pesetas.
Categoría de honor
«Bilbao tributó al Acero un grandioso recibimiento en el que no faltó un detalle original ideado por el caballero deportista Manu Sota». Todo el equipo fue embarcado en una gabarra iluminada con antorchas y que, arrastrado por un remolcador de la Casa Sota, hizo su paseo triunfal desde el puente de Isabel II (hoy del Arenal), hasta el muelle de Olabeaga a los sones de una marcha popular muy conocida: «Por debajo del puente/pasaba una gabarra,/con once jugadores/del gran club de Olabeaga». Aquel paseo en gabarra fue, según los más entendidos, el primero que un equipo de fútbol realizaba para celebrar su victoria.
El Acero Club volvió a hacerse con el campeonato de Bizkaia de la temporada 1924-1925, tras lo cual se planteó su ascenso a la serie A. Lo consiguió tras vencer, en el partido de promoción, a la Deportiva Deusto. Y en esa categoría de honor permaneció, jugando contra los grandes de la provincia, hasta que en 1928, la Asamblea Nacional ordinaria decidió descenderle de categoría porque el campo no reunía las condiciones adecuadas ni en cuanto al terreno de juego ni en lo relativo a las áreas destinadas al público. Fue entonces cuando se inició su decadencia pues se vio obligado a jugar en segunda preferente al mismo tiempo que buena parte de sus figuras se marchaban a otros equipos.
El club acerista se refundó en 1947, aunque entonces ya nada fue como en aquellos otros años llenos de ilusión y victoria.
Imanol Villa

Olabeaga los dias de partido
El Acero por Olabeaga
LA GABARRA POR OLABEAGA
GREGORIO BLASCO SANCHEZ(del Acero)

Historicos del Acero

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Que chorrada eso de que Osasuna intentó extradeportivamente y con malas artes ganar el partido de la final de 1924. En qué nos basamos. Si Osasuna no pintaba nada dentro de la Federación Gipuzcoana y llevaba desde sus inicios haciendole la vida imposible a los rojos, y es ella, la Federación la que elije el campo perjudicándo gravemente a Osasuna.

Y esto que te cuento está en todas las crónicas de la época de los periódicos navarros en los días anteriores a jugarse, no a posteriori. A ver si nos informamos.

Anónimo dijo...

Que es que me estoy calentando. Osasuna tiene que jugar un partido de desempate el Martes en Donosti mientras el Acero descansaba. Y después es la Federación la que decide que tienen que jugar en Sevilla saltándose el reglamento y teniendo que viajar a Sevilla.
Que historias estas contando.