Mokillo maitia, hoy a la mañana a unos nos ha pillado durmiendo, y a otr@s comenzando la semana pero a ninguno de nosotros nos ha dejado indiferente la noticia porque tu a nadie dejabas indiferente. Mokillo maitia, me he puesto a recordar cuando te conocimos, éramos unos críos de eso ya hace años, por entonces acabábamos de okupar un viejo astillero que con el tiempo y mucho trabajo se convirtió en el gaztetxe del barrio. De tu mano conocimos los entresijos de Bilbo y tú de la nuestra conociste Olabeaga, creo que te gusto porque nunca nos dejaste de lado. Todavía recuerdo aquella fiesta que hicimos para despedirnos del espacio cuando este estaba amenazado, azken jaia! Solo apareciste tu acompañado de un par de personas. También me paro un rato, cierro los ojos y una sonrisa ilumina mi rostro cuando recuerdo las noches que pasábamos resistiendo la amenaza de la policía y cuando esta llegó te encaramaste al punto más alto de aquel precario andamio símbolo de la resistencia. Aquello ya paso hace tiempo y desde que te conocimos hasta hoy, hemos compartido muchos momentos. Me atemoriza pensar que ya no voy a oír tus gritos en las manifestaciones ni que jamás podre entablar debates interminables contigo, de esos que tanto nos gustaban pero sé que te has ido en paz y que cada proyecto en el que creíste y participaste sigue teniendo algo de ti, que la lucha de liberación de este pueblo tiene algo de ti y que los barrotes de las prisiones que tu luchaste por romper hoy ríen mientras que todas l@s que te conocimos no podemos contener las lagrimas por tu inesperada marcha.
Mokillo maitia,
Bihotzetik
agur
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